La vida consiste en equivocarse, cada uno a su manera. -Manuel Vicent-

Es preciso tener un caos dentro de sí para dar a luz una estrella fugaz.-Nietzsche-

La vida es una mezcla de aquello que deseamos hacer con ella y aquello que somos capaces de hacer con lo que ella nos trae.-Sergi Bellver-

martes, 24 de junio de 2014

HOGUERAS

Tirarse al fuego. Deseo de arder, de quemarlo todo. Destruir o purificar. Abrasarse y renacer. Ceniza y después qué. La sed, el agua. El frío tras el calor. La sucesión natural de los estados. Sólido, vapor, líquido. Humo. Fumatas negras hasta lo blanco. Expiación de los pecados, propios y ajenos, los que asumimos y los que no nos corresponden, y tal vez un atisbo de purificación. Llega un momento en que ya no es posible la pureza. Ni la vuelta atrás. Sólo desear el fuego y el abismo de la llama, que nos mira porque lo miramos.

El espectáculo inabarcable del fuego, como el mar. No puede cansarse uno de contemplar el fuego ni de mirar el mar, con sus sonidos de sirenas. Crepitar de chispa, rumor de ola. Dónde está la fuerza y dónde la calma. Una gota puede destruir más que una explosión, una chispa más que un diluvio. Es cuestión de tiempo y paciencia: medir las horas y las distancias, ese arte. La dificultad del equilibrio. Su imposibilidad casi siempre.

Esta noche habrá hogueras. Y quizá las apague la lluvia. Fuego y agua, esa lucha. Quién aviva a quién. Quién quema y quién ahoga. Dónde la furia y dónde el silencio que mata.


Qué destruir y qué no. Cómo elegir. Quemar o salvar. Arrasar la tierra y volar los puentes para no volver. No dejar enemigos ni testigos que nos recuerden quiénes fuimos. No dejar esqueletos ni cadáveres. Sólo cenizas y horizonte


1 comentario:

Microalgo dijo...

Como si en realidad pudiéramos elegir nosotros qué quemamos y qué no. Quién nos quema y quién no.