Hace frío en la casa
pero hoy dormiré con sábanas limpias.
Abril me trajo ilusiones en un paquete
y lo escondí tan bien que ahora no lo encuentro.
El edredón rojo voló al patio de los vecinos
y nunca lo devolvieron
no sabían que entre sus pliegues guardé una de mis manos.
Sacudiré el edredón azul con la que me queda libre
puede que me ayude con el otro muñón
uno siempre desconoce la utilidad de los miembros mutilados.
Suelen quedar arrugas en la ropa
incluso después de planchada.
Observo la cama sin hacer
y alabo el encanto de lo imperfecto.
En esta habitación hay algo raro
todo se pierde en agujeros invisibles.
Se desparejan los calcetines
y a los pantalones les faltan los tobillos.
Ya ni sé dónde guardé mi cabeza.
Al menos mi alma está a buen recaudo.
Cualquier día saltará de entre los libros.
Cuando menos lo espere se habrá vuelto verso.
Y otra vez he olvidado
el motivo del poema.